Para olvidarte, elegí simplemente no recordar; para que sea menos doloroso, me anestesié el corazón con mentiras; para no lastimarte ni lastimarme, quise evitarte.
Para seguir viviendo, traté de olvidar que tú también me olvidabas y que alguna vez nuestras vidas se juntaron para compartir tantos momentos.
Para sentirme odiada, recordé las veces que me buscaste; para no tenerle miedo a la soledad, imaginé que todavía estabas; para pensar un poquito menos, fuí egoísta como de costumbre y pensé en mi misma.
Para poder cargar conmigo misma, intenté olvidarme; para intentar detener el mundo, paré el tiempo en los segundos que pasé sin tí y solo me quedaron los momentos más maravillosos.
Para obtener mi propio perdón, me auto-convencí de que tú estabas perfectamente bien; para ocultar mi miedo a perderte, dejé que te fueras sin tratar de hacer algo para impedirlo.
Para ayudarme a estar contenta, respeté mis decisiones y con dolor, acepté el final que yo misma decidí.
Para falsificar tu presencia, me acerqué a ti aunque no me vieras.
Pero hoy me propuse olvidarte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario